Ideas feministas de Nuestra América

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F.33 Mensaje a las mujeres guatemaltecas, Folleto del Congreso Nacional de Alianza Femenina Guatemalteca, Guatemala, 28 de noviembre de 1953

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MENSAJE A LAS MUJERES GUATEMALTECAS, Folleto del Congreso Nacional de Alianza Femenina Guatemalteca,[1] Guatemala, 28 de noviembre de 1953

[Documento rescatado y proporcionado por Ana Silvia Monzón]

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Un gran acontecimiento ha reunido por primera vez a cientos de mujeres de todo el país: El Congreso Nacional de Alianza Femenina Guatemalteca. Nos sentimos felices de haber entregado intensas horas de nuestra vida al noble trabajo de examinar los problemas de la mujer, del niño y de nuestra patria. Abrigamos la íntima convicción de que el fruto de nuestro trabajo no caerá en el vacío. Creemos que nuestras resoluciones pueden ser bien acogidas por las mujeres guatemaltecas, que despiertan ahora a una nueva vida, la defienden y aspiran a hacerla mejor.

Las Delegadas a nuestro gran congreso profesamos diversos credos religiosos y tenemos diferentes ideas políticas. Pero hemos podido trabajar unidas.

Entre las delegadas al Congreso había mujeres campesinas, obreras, pequeñas comerciantes, amas de casa, profesionales, y, sin embargo, hemos podido trabajar unidas.

La unidad, el trabajo en común, pese a todas las diferencias, es la lección que deja a la mujer guatemalteca el Congreso de Alianza Femenina.

Lo hemos conseguido porque nos unen necesidades y aspiraciones comunes:

Nos oponemos vivamente a que los horrores de una nueva guerra mundial vuelvan a violentar nuestra vida y a arrancarnos a nuestros seres queridos. Deseamos que las disputas entre las naciones sean resueltas sin recurrir a la violencia sino por medio de negociaciones y acuerdos que salvaguarden paz y fortalezcan la amistad entre todos los pueblos;

Queremos que sea respetada la soberanía nacional y derecho de nuestro pueblo a decidir en sus propios asuntos sin la intervención extranjera;

Aspiramos a que Guatemala progrese, reafirme su democracia y llegue a ser un hermoso país próspero e independiente;

Luchamos porque la tierra y el crédito lleguen también a manos de las mujeres campesinas;

Porque las mujeres trabajadoras gocen realmente de las protecciones mínimas que establece el Código del Trabajo, por la ampliación de dichas protecciones y porque les paguen igual salario que al hombre cuando realicen un trabajo igual;

Porque las mujeres que viven de un pequeño comercio gocen de la protección y de la ayuda del Estado;

Porque las mujeres que han coronado estudios profesionales tengan iguales oportunidades que el hombre para el trabajo y obtengan una justa remuneración por sus servicios;

Porque el ama de casa sienta pronto el alivio del abaratamiento del costo de la vida;

Porque el Estado impulse la construcción de más viviendas populares, escuelas y hospitales, y amplíe la asistencia para niños y mujeres trabajadoras;

Porque los niños gocen cada vez de más amplia protección, de más medios de diversión sana y educativa, de mayor cuidado para la salud y desarrollo;

Porque se otorgue el derecho al voto a la mujer analfabeta;

Porque a la mujer guatemalteca no se le discrimine, sea tratada con mayor consideración y goce de igualdad ante la ley.

Nos unen, pues, los ideales del progreso, de la democracia, del bienestar, de la independencia patria, de la paz. Nos une el deseo de forjar para nuestros hijos un futuro mejor.

A todas las que abriguen iguales aspiraciones las invitamos a unirse, a ingresar en Alianza Femenina Guatemalteca si lo desean o a luchar juntamente con nosotras.

Lo importante es la unidad. Lo esencial es ponerse de acuerdo en cuánto a qué cosa podemos defender unidas.

Mujer trabajadora, ama de casa, profesional, madre, novia o esposa: sean cuales fueren vuestras creencias religiosas u opiniones políticas, a vosotras se dirige nuestro llamamiento:

PENSAD QUÉ LUMINOSO PORVENIR PODEMOS FORJAR UNIDAS!

Guatemala, 28 de noviembre de 1953

Congreso Nacional de Alianza Femenina Guatemalteca


[1] Alianza Femenina Guatemalteca representó un hito en la participación política de las mujeres guatemaltecas de las clases medias, durante los últimos años de la “primavera democrática” de 1944-1954.  Se fundó en 1951 e inicialmente la integraron Concepción Castro, María Saucedo, Dolores Montenegro, Dora Franco, Laura Pineda, Leonor Paz y Paz, Irma Chávez, quien llegó a ser la Secretaria General, y Esther de Urrutia. María Vilanova de Arbenz, esposa del Presidente, apoyó decididamente el trabajo de esta organización que llegó a tener presencia pública en los departamentos de  Escuintla, Zacapa, Quetzaltenango, Santa Rosa e Izabal. Una integrante de la Alianza narra: «nos establecimos legalmente y abrimos una oficina, a la cual empezaron a llegar mujeres de diferentes grupos sociales. En esa época había muy pocas profesionales, la mayoría eran maestras y unas pocas abogadas. Llegaron muchas mujeres del mercado, algunas amas de casa, esposas de líderes políticos y algunas trabajadoras de oficina como yo« (Stoltz, 1998).  Asimismo, se visitaban  fincas para explicar, a las mujeres, el Código de Trabajo y la Ley de Reforma Agraria y los procedimientos para que con sus esposos pudieran solicitar tierra o trabajar en agricultura. A través de los contactos que establecieron, por ejemplo, con la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FEDIM), indica una de ellas: “entendimos que el movimiento femenino no estaba limitado a uno u otro país durante uno u otro período, sino que era más fuerte e importante, que debería organizarse permanentemente” (Stoltz, 1998). Una actividad sin precedentes llevada a cabo por esta organización fue la organización del Congreso Nacional de Alianza Femenina Guatemalteca, en noviembre de 1953, donde se hizo un llamado a las mujeres para trabajar “unidas en la diversidad.” Ver: Ana Silvia Monzón, “Como mariposas saliendo de la noche”, en: http://www.migrisproject.org/index.php?option=com_content&task=view&id=129&Itemid=26.

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Written by Ideas feministas de Nuestra América

agosto 1, 2011 a 2:52 pm